21.08.2010, 13:50
En la trágica muerte del joven príncipe Luis Napoleón
¿Qué buscabas? Lo ignoro; sé que un día
la púrpura imperial cubrió su cama,
y una nación más grande que ninguna
al verle sonreír se sonreía.
La ronca voz de la discordia impía
ahuyento de su lado a la fortuna,
siendo su dicha cual menguante luna
que el último fulgor al mar envía.
Ser que tuvo una madre a quien el sino
tan propicio le fue desde edad tierna,
que alfombró de coronas su camino.
Y que hoy ante una tumba se prosterna,
mostrando en el cabello blanquecino
del infortunio la corona eterna.
¿Qué buscabas? Lo ignoro; sé que un día
la púrpura imperial cubrió su cama,
y una nación más grande que ninguna
al verle sonreír se sonreía.
La ronca voz de la discordia impía
ahuyento de su lado a la fortuna,
siendo su dicha cual menguante luna
que el último fulgor al mar envía.
Ser que tuvo una madre a quien el sino
tan propicio le fue desde edad tierna,
que alfombró de coronas su camino.
Y que hoy ante una tumba se prosterna,
mostrando en el cabello blanquecino
del infortunio la corona eterna.