29.08.2010, 08:23
Jueves Santo
Bestia cruel, Satán: ¿en un bocado?...
¿en un bocado -¡ah, pérfido!- aseguras
a estas dulces y cándidas criaturas
que todo un Dios se encierra? ¡Mal pecado!
¡Ay, que perdieron su feliz estado
por darte oído! ¡Cuántas desventuras!
¡En vez del néctar, liban amarguras!
¡En vez del cetro, empuñan un cayado!
¿Y esto por siempre? ¡No! La hora suena
y asoma Aquel que, Fruto de la fruta,
del caído hombre la mejilla bese;
quien, al cenar la postrimera cena,
«Este es mi cuerpo», dice: el pan trasmuta...
¡Y dioses somos aunque mal te pese!
Bestia cruel, Satán: ¿en un bocado?...
¿en un bocado -¡ah, pérfido!- aseguras
a estas dulces y cándidas criaturas
que todo un Dios se encierra? ¡Mal pecado!
¡Ay, que perdieron su feliz estado
por darte oído! ¡Cuántas desventuras!
¡En vez del néctar, liban amarguras!
¡En vez del cetro, empuñan un cayado!
¿Y esto por siempre? ¡No! La hora suena
y asoma Aquel que, Fruto de la fruta,
del caído hombre la mejilla bese;
quien, al cenar la postrimera cena,
«Este es mi cuerpo», dice: el pan trasmuta...
¡Y dioses somos aunque mal te pese!