21.08.2010, 12:39
La lágrima del diablo
Del infernal abismo, con estruendoso vuelo,
rasgando la tiniebla, surgió Satán; ¡quería
ver otra vez la comba donde se espacia el día,
ver otra vez su patria, ver otra vez el cielo!
Miró durante un siglo; cuando colmó su anhelo,
y recordó el proscrito que allá no volvería,
con honda pesadumbre la formidable y fría
cabeza hundió en el polvo del solitario suelo.
Después... lanzó un sollozo que pareció un rugido,
y yerta, azul, y amarga, pugnó una gota en vano
por no salir del ojo del gran querug caído;
crujieron valle y cumbre y otero y bosque y llano,
porque la gota aquella, buscando inmenso nido,
¡formó, al rodar, la mole del pérfido océano!
Del infernal abismo, con estruendoso vuelo,
rasgando la tiniebla, surgió Satán; ¡quería
ver otra vez la comba donde se espacia el día,
ver otra vez su patria, ver otra vez el cielo!
Miró durante un siglo; cuando colmó su anhelo,
y recordó el proscrito que allá no volvería,
con honda pesadumbre la formidable y fría
cabeza hundió en el polvo del solitario suelo.
Después... lanzó un sollozo que pareció un rugido,
y yerta, azul, y amarga, pugnó una gota en vano
por no salir del ojo del gran querug caído;
crujieron valle y cumbre y otero y bosque y llano,
porque la gota aquella, buscando inmenso nido,
¡formó, al rodar, la mole del pérfido océano!