21.08.2010, 13:57
A la memoria de Andrés Bello
Del mar tiñendo las movibles olas,
rasgando de la edad las densas brumas,
brillan entre la niebla y las espumas
de su ingenio inmortal las aureolas.
Hoy que pide a las almas españolas
su altar ofrendas y su gloria plumas,
musa del Nuevo Mundo no presumas
que has de aplaudirle ni llorarle a solas.
Plugo a la Providencia o al ocaso
su cuna y su sepulcro alzar distantes,
y en remota región abrirle paso:
Mas a los ecos de su voz vibrantes
se incorpora en la tumba Garcilaso,
y le saluda con amor Cervantes.
Del mar tiñendo las movibles olas,
rasgando de la edad las densas brumas,
brillan entre la niebla y las espumas
de su ingenio inmortal las aureolas.
Hoy que pide a las almas españolas
su altar ofrendas y su gloria plumas,
musa del Nuevo Mundo no presumas
que has de aplaudirle ni llorarle a solas.
Plugo a la Providencia o al ocaso
su cuna y su sepulcro alzar distantes,
y en remota región abrirle paso:
Mas a los ecos de su voz vibrantes
se incorpora en la tumba Garcilaso,
y le saluda con amor Cervantes.