21.08.2010, 13:46
A media noche
¡Silencio! La hora es ésta y el instante
en que, el conjunto mágico evocados,
llegarán mis espíritus amados
a rozar con sus alas mi semblante.
Laura, Beatriz, Desdémona, Violante,
los sepulcros dejad mudos y helados
do vagar como espectros coronados
Shaspir y Calderón, Petrarca y Dante.
No por rubor te escondas, Margarita;
no te inquietes, Francesca, por tu dueño;
todo a la calma y al amor invita:
Y, testigos a ser de vuestro empeño,
vendrán también a la callada cita
los ángeles purísimos del sueño.
¡Silencio! La hora es ésta y el instante
en que, el conjunto mágico evocados,
llegarán mis espíritus amados
a rozar con sus alas mi semblante.
Laura, Beatriz, Desdémona, Violante,
los sepulcros dejad mudos y helados
do vagar como espectros coronados
Shaspir y Calderón, Petrarca y Dante.
No por rubor te escondas, Margarita;
no te inquietes, Francesca, por tu dueño;
todo a la calma y al amor invita:
Y, testigos a ser de vuestro empeño,
vendrán también a la callada cita
los ángeles purísimos del sueño.