20.08.2010, 15:44
Zenea, Juan Clemente
Cuba. 1832 - 1871
La lágrima
Lloraba al verse sola y sin fortuna
la virgen de mis últimos amores,
sobre un sitial de perfumadas flores
al borde de una límpida laguna.
Hebra de plata se extendió importuna
de su mejilla ajando los colores,
y dióle misteriosos resplandores
la claridad de la naciente Luna.
Pasó la noche adusta, y la mañana
llamóme a ver una modesta rosa
que se alzaba al nivel de mi ventana;
vi en su seno una perla temblorosa;
lágrima fue que en su aflicción insana
me envió en la brisa mi Fidelia hermosa.
Cuba. 1832 - 1871
La lágrima
Lloraba al verse sola y sin fortuna
la virgen de mis últimos amores,
sobre un sitial de perfumadas flores
al borde de una límpida laguna.
Hebra de plata se extendió importuna
de su mejilla ajando los colores,
y dióle misteriosos resplandores
la claridad de la naciente Luna.
Pasó la noche adusta, y la mañana
llamóme a ver una modesta rosa
que se alzaba al nivel de mi ventana;
vi en su seno una perla temblorosa;
lágrima fue que en su aflicción insana
me envió en la brisa mi Fidelia hermosa.