21.08.2010, 13:38
Ausencia
¡Todo un día sin verte, dueño amado!
¡Cuán triste va cayendo el Occidente
la moribunda luz del sol poniente
que aún ayer contemplaba embelesado!
¡Qué marchito y desierto miro el prado
junto a ti tan hermoso y floreciente!
¡Qué lúgubre murmura la corriente
del bullicioso arroyo desatado!
Cuando pienso, mujer, que sólo un día
tanta mudanza y tal ha producido,
siento... no siento nada, prenda mía;
pues ¿hubiera este amor en mí nacido
si Dios no me enseñase que podría
triunfar con él del tiempo y del olvido?
¡Todo un día sin verte, dueño amado!
¡Cuán triste va cayendo el Occidente
la moribunda luz del sol poniente
que aún ayer contemplaba embelesado!
¡Qué marchito y desierto miro el prado
junto a ti tan hermoso y floreciente!
¡Qué lúgubre murmura la corriente
del bullicioso arroyo desatado!
Cuando pienso, mujer, que sólo un día
tanta mudanza y tal ha producido,
siento... no siento nada, prenda mía;
pues ¿hubiera este amor en mí nacido
si Dios no me enseñase que podría
triunfar con él del tiempo y del olvido?