21.08.2010, 14:24
Los placeres del campo
Basta de expediciones en pollino
y manejar el remo a lo forzado;
basta de merendonas en le prado,
y venga el coche y la sopita en vino.
Si plugo alguna vez a mi destino
inspirarme afición al despoblado,
me cansan ya la choza y el ganado,
y el césped y el arroyo cristalino.
La nave de mi afán viró de bordo,
y hoy, con tristeza, mis penates dejo,
a memorias de ayer haciendo el sordo,
pues me dicen la sangre y el espejo
que para los idilios estoy gordo
y para las zagalas estoy viejo.
Basta de expediciones en pollino
y manejar el remo a lo forzado;
basta de merendonas en le prado,
y venga el coche y la sopita en vino.
Si plugo alguna vez a mi destino
inspirarme afición al despoblado,
me cansan ya la choza y el ganado,
y el césped y el arroyo cristalino.
La nave de mi afán viró de bordo,
y hoy, con tristeza, mis penates dejo,
a memorias de ayer haciendo el sordo,
pues me dicen la sangre y el espejo
que para los idilios estoy gordo
y para las zagalas estoy viejo.